domingo, 9 de enero de 2011

Recuentos de mi vida

A la  hora de hacer un recuento  de mis bienes,
tengo haberes en mi contra y débitos  a mi favor.
Lo que gané lo perdí  y lo que perdí   no lo gané.
Le debo una disculpa  a la muerte; le gané tantas  veces
Mi gratitud a la vida, que me dió tiempo, me dió hijos,
nietos, me  dió  el derecho a existir.
 Toco mi alma  y está repleta
de sueños   realizados, de fantasias  cumplidas, de objetivos logrados,
de caminos recorridos,  de acciones  aplaudidas , de halagos  sinceros
de pergaminos históricos  de medallas  decorativas
Escarbo en mi memoria y  tengo   recuerdos  de amores   y desamores.
de  libertad y prisión , de lujuria y calma, de esperas y desesperas
de pasión e indiferencia.   de culpas  e inocencias
En mis ojos, tengo almacenado ,la espera de mis hijos
 el nacimiento de Vicente (mi nieto)
el paisaje  árido del desierto, la vegetación   del oasis
la marejada  de un tsunami, la agonía de mi padre
la  mirada  de un niño
Los pliegues de la piel del rostro de mi madre
el rubor  de las mejillas,de mi primer   beso
la luna menguantte, las estrellas  de mis  noches
los atardeceres de verano.
 y la última lágrima  de amor
En mis oidos encuentro, el primer llanto   de mis hijos,
la melodía   de mi canción  predilecta
el rugir del mar  enardecido, el lamento de una despedida
el eco de mis gritos llamandote cada  día
el quejido  del placer , el aullido de una loba en celo
la carcajada   atrevida, el te quiero  susurrado
el secreto  compartido.
En mi piel tengo tatuadas caricias , de amores  perdidos
cicatrices de golpes inmerecidos
rasguños de rabia y de pasión
mordiscos de  dientes  excitados
lamidos de lujuria y  heridas
tengo  huellas  de las  caricias de tus  manos
de tu mirada escudriñando mi geografía.
En mi boca tengo   sabores   dulces .àcidos, amargos
y salados.
Besos  dormidos, apasionados, amistosos  y oceánicos.
En mi boca tengo  guardadados  los  te quiero que nunca dije,
y las palabras  que nunca debí decir
los secretos que debí cuidar
los silencios  que debí   gritar
los perdón que debí ofrecer
las gracias que  debí dar.
Mis manos,   mis manos hoy están vacias
regalé todas las caricias que tenía para dar
las recorrí por mi cuerpo  y por  cuerpos ajenos
con dulzura  y con alevosía
con  rudeza y armonía
Al final del recuento me doy cuenta que ya no tengo nada
sólo las  ganas  de  volver a comenzar

1 comentario:

  1. Me encantó como escribes!...llegué hasta la emosión. Siento que todo lo que dices sale del alma, realmente... genial

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